Fran López Montoro, descendiente de Torres
Fran López Montoro, nació en Almería en Diciembre de 1985. Desde muy niño se interesó en el mundo de la guitarra formando parte de una rondalla con apenas 10 años, en la que aprendió a tocar la guitarra acompañando a bandurrias y laúdes con un repertorio folklórico típico de las bandas conocidas como “tuna”. Al cabo de unos años y con la entrada de internet, su interés por aprender a tocar otras piezas más modernas aumentó e incrementó su repertorio al tener acceso a partituras y “tablaturas” de dichas piezas.
Estudiando bachiller tecnológico, decidió orientar sus estudios hacia la carrera de Ingeniería Técnica de Telecomunicación Especialidad en Sonido e Imagen. Sobre este tiempo, ya había empezado a mostrar interés en el mundo de la creación audiovisual, elaborando algunos cortometrajes basados en universos de ciencia ficción como “Star Wars” o “The Matrix”. Una vez comenzada su andadura universitaria, se fue adentrando más en el mundo audiovisual elaborando, junto a su primo Raúl E. Navarro, diversos cortometrajes y videos musicales que alcanzaron cierta relevancia hasta que, en 2009, participa como finalista en el Festival de Cine de Málaga en la sección de video-producción con su cortometraje “Bienvenido a Ciudad …” consiguiendo además el premio a la mejor fotografía en otro festival malagueño, “Cesur en corto”. También en el ámbito del diseño gráfico, participando en el concurso andaluz de diseño del día mundial del SIDA, consiguió la segunda plaza en dicho certamen. Camisetas, logotipos, páginas web, carteles, sesiones de fotografía, sonorización de espectáculos y conciertos… todo su periodo universitario fue un periodo de creación y crecimiento.
Como proyecto final de carrera, necesario para recibir el título de ingeniero técnico, se adentró en el mundo de la programación y, más concretamente, en la programación (o creación) de aplicaciones para dispositivos móviles. Realizó una “app” orientada al periodismo electrónico donde se ponían en práctica conceptos de tratamiento de señales de audio y de comunicaciones. Dicho proyecto fue desarrollado para la plataforma iOS de Apple con el primer kit de desarrollo de aplicaciones lanzado por la compañía estadounidense de la manzana y cuya demostración se hizo en el primer modelo de los teléfonos iPhone. Esto, sin duda, marcaría el camino profesional por el que ha ido desarrollándose hasta la actualidad, pasando por múltiples empresas y adquiriendo gran experiencia en este campo. Una de estas experiencias pasaron por “hacer las maletas” y residir por unos años en el sur del Reino Unido.

Al cabo de unos años en Reino Unido y tras una conversación telefónica con su primo Raúl, echando en falta la creación audiovisual que nunca habían dejado de lado, se percataron que en 2017 se cumpliría el 200 aniversario de nacimiento de su tatarabuelo, Don Antonio de Torres Jurado, considerado el creador de la guitarra española moderna (ya sea clásica o flamenca). Se propusieron hacer un pequeño homenaje a su figura, plasmando en un cortometraje de poca duración las historias que les contaba su abuela de cómo su bisabuelo le había dado “forma de mujer” a la guitarra. Aquí comenzó una aventura de casi 5 años en la que el proyecto fue mutando y finalmente se convirtió en un film documental de 90 minutos de duración: “La Española, la de Torres”. Mucha investigación, lectura, viajes, visitas, entrevistas, dos campañas de “crowdfunding” (o micromecenazgo), mucho trabajo y sobretodo, esfuerzo y dedicación, hicieron de estos dos primos hermanos, descendientes de Torres, dos de las personas más formadas en la figura de su ilustre antepasado.
Después de la elaboración de dicho documental, sus caminos profesionales se vieron influenciados por dicho proyecto: Raúl es director de una escuela audiovisual y Fran comenzó su andadura en el mundo de la construcción de guitarras, basadas en el modelo que construía su tatarabuelo. Formado en Almería, primero por el modelista industrial y técnico del patrimonio histórico Joaquín Pierre y después por el guitarrero Joaquín Carrillo, además de asistir a conferencias y cursos, decide lanzar su propia marca de guitarras: “Sangre de Torres”, su particular homenaje a su tatarabuelo y padre de la guitarra española moderna, Don Antonio de Torres Jurado.
